RESPUESTAS PRESENTES ANTE UN FUTURO INCIERTO

POR MANUEL HERBAS. ABOGADO, ÁREA LEGALES OSJERA

 #QUEDATE EN CASA 

Estamos insertos en un presente absolutamente anormal. 
La pandemia ha venido a trastocar de cuajo la cotidianeidad y la rutina de nuestras vidas. 

Situaciones inimaginables en el inicio de este 2020 se han sucedido continuamente, y aún no hay horizonte claro para la humanidad. 

La ciencia está siendo exigida al máximo, aprendiendo, educando, experimentando, con dos fines muy precisos: atenuar el impacto en la salud de la población mundial, y desarrollar la vacuna que genere los anticuerpos necesarios para protegerse del virus cuyo origen certeramente se desconoce, pero que está teniendo efectos devastadores en las economías de todos lo países, amén del quiebre de sistemas sanitarios de estados que supuestamente deberían haber contado con la capacidad de respuesta que no quedó evidenciada ante la avalancha de pacientes que requirieron de los mismos. 

No obstante, las decisiones sobre políticas de salud han sido muy contrastantes: Desde quienes optaron por la inmunización de rebaño, hasta quienes, como nuestro país, optaron por el encierro preventivo, pasando por quienes recomendaron el rezo o beber lavandina. Así está la realidad, incontrastable, ante nuestra mirada. 

Hoy, a tres meses del comienzo de la cuarentena, queda evidenciado que el resultado de la decisión del gobierno nacional muestra resultados satisfactorios en cuanto a nivel de contagiosidad y letalidad. Pero ello no obsta que en el concierto regional estamos rodeados por realidades adversas. 

Nuestros vecinos decidieron opciones distintas, y eso nos influye de manera directa. Sin alternativas. 

Así como un vuelo desde China a Argentina insume 30 horas, el cruce de la frontera de un país limítrofe es instantáneo. Ese es el tiempo que puede demorar el ingreso del coronavirus a territorio argentino. 

Dicha realidad a obligado al sistema de salud nacional en general, al de las obras sociales en particular, y concretamente al de la OBRA SOCIAL DEL PERSONAL JERARQUICO DE LA REPUBLICA ARGENTINA, a reconfigurarse, a crear y desarrollar alternativas urgentes y efectivas para poder dar respuesta a la masa de beneficiarios que requiere los servicios de salud. 

Con satisfacción podemos decir que se trabajó con ahínco y se logró mayoritariamente estar a la altura del desafío. Han sido mucho más claros los aciertos que una pequeña e insalvable posibilidad de fallas. El trabajo mancomunado en equipo permitió dar respuesta en todo el territorio nacional allí donde un beneficiario necesitó una satisfacción operativa del sistema. 

Se implementó el trabajo desde el hogar, se interconectó a la totalidad de los miembros de las sucursales del país. Estuvimos alertas a cada pedido realizado en toda el área de cobertura. Se cumplió con toda la normativa que se ha ido generando desde el inicio de esta etapa de anormalidad no deseada pero inevitable. 

Podemos escrutar ya que el camino no muestra certezas. Que la tarea es constante y diaria. No avizoramos una solución temprana. Pero también afirmamos con claridad que lo realizado dio frutos, y que sabemos y podemos concretar el objetivo primario, atender la salud de nuestros beneficiarios, con prestancia, calidad, contención y satisfactoriamente. 

Hasta el momento se logró no estresar la capacidad de respuesta del sistema de salud, público y privado. Y más allá de un eventual traslado de pacientes hacia centros del interior del país por necesidades concretas del AMBA, hoy la posibilidad de atención de pacientes graves está asegurada. 
Ese logro es el resultado del esfuerzo de todos: ciudadanía, gobierno, y operadores sanitarios. 

El devenir de la historia será lo que permita evaluar objetivamente cada decisión tomada. Es imposible hoy vaticinar seriamente algo en ese sentido. Estamos en el medio del río. Con grandes desafíos, pero trabajando y afianzando la tarea en equipo. 

Hasta el momento tenemos la convicción de recorrer el sendero correcto. 
Tal vez, al final del camino, otro orden mundial se avizore, donde la solidaridad y la justicia social sean bienes más valorables que el capital especulativo y financiero. 
Pero esa, esa es otra historia. 
Hoy, hoy #QuedateEnCasa