EL SISTEMA DE SALUD POST PANDEMIA. Por Juan Carlos Giorgi. Gerente Operativo

EL SISTEMA DE SALUD POST PANDEMIA. Por Juan Carlos Giorgi. Gerente Operativo

Hoy la aldea global se encuentra bajo fuego, bajo el fuego de un organismo microscópico que parece estar dispuesto a destronar sistemas, estructuras y modelos sin distinción de razas, sexo, clase o edad.

La comparación del virus Covid-19 con un enemigo que nos ataca remite indefectiblemente a un estado de guerra.

El confinamiento y los cuidados al momento de salir fuera de casa, generan un estado de alerta y defensa de nuestra integridad.

La vida humana está amenazada por un enemigo cuya particularidad es la de ser invisible. Estamos librando una guerra con un enemigo invisible, se definió acertadamente.

Ante este escenario real por el que transitamos a tientas, a prueba y error, a ciegas respecto a la visualización de su final, es inevitable imaginar la vida después de la pandemia: sociedades, estados, modelos políticos-económicos después de la pandemia. 

Por estos días se acuño el término “la nueva normalidad”...ahora bien... ¿qué se entiende por normalidad? Que nada será como antes es la única certeza. En la historia de la humanidad quedó demostrado que las pandemias significan gran cimbronazo a los cimientos de cualquier sociedad.

Hay emergentes, siempre los hay (los marginados, los más desposeídos, los desamparados). Sin embargo la respuesta pareciera ser siempre la misma: la de un estado fuerte, no tiránico. Un estado que proteja sobre todo a los más humildes que es donde estos cataclismos impactan más cruelmente. En definitiva, un estado que regule y administre equitativamente los recursos técnicos, económicos y humanos, potestad indiscutida de ese gran rector de nuestro horizonte colectivo que es el Estado Nacional.

Así vemos en Osjera la post pandemia, particularmente en esta Argentina tan desigual.

Indudablemente nada va a ser como antes, así y todo jamás habrá que olvidar que las mejores sociedades organizadas son aquellas que indefectiblemente siempre piensan en el otro como parte de un todo.

Después de la segunda guerra mundial se sucedieron cambios que generaron una creciente injerencia estatal en la planificación y administración de los servicios de salud, sobre todo en la Europa de posguerra.

La Organización Mundial de la Salud nació bajo el amparo de ese nuevo pensamiento y necesidad de que la salud es un derecho fundamental e inalienable del ser humano.

En el ámbito de la salud, la década del 40 en nuestro país fue escenario de un triple nacimiento: el de las demandas sociales de los ciudadanos que veían la atención de la salud como un derecho, el del Estado "responsable-garante " del derecho a la salud y el de las organizaciones sindicales y estatales que más tarde darían origen al sistema reconocido hoy como Obras Sociales. 

Dichos cambios, propiciaron el impulso del concepto de salud pública como expresión de la participación del Estado en los problemas sanitarios, visibilizados por primera vez en nuestro país en las áreas de interés de los asuntos públicos.

De repente se comenzó a hablar en el mundo de los derechos de la salud y de la universalización de la cobertura, los cuales tuvieron su correlato en nuestro país.

Fue así como a partir de 1943, en la Argentina comenzó a prevalecer como una condición relevante y por primera vez en la modernidad la idea del Estado Protector. Estado que da bienestar y, a la vez, planificador hegemónico de la totalidad de los servicios de salud. 

La expansión de los servicios estatales de salud, al igual que su mejor dotación en recursos humanos y materiales, convirtió al hospital público en un semillero de nuevos profesionales y en un lugar de atención médica que ya no estaría destinado sólo a los "indigentes".

Recordando a ese gran sanitarista argentino que fue el Dr. Ramón Carrillo, quien en 1946, desde el insipiente Ministerio de Salud abogó por una estrecha vinculación entre las instituciones de Seguridad Social y el hospital público, dejando a la medicina privada para la atención de los sectores de mayores recursos, y en consecuencia, brindar una salud de mayor calidad a los sectores más vulnerables que hasta ese entonces eran relegados del derecho a una sanidad que se ocupe de aspectos básicos de la salud. 

A su vez, el surgimiento del sindicalismo como actor reconocido en el interior del sistema político tiene su nacimiento en el año 1943, y constituirá un dato sustantivo en las formas de la organización de los sistemas de salud y atención médica.

Dado los avances y cambios de paradigmas que representaron al país desde comienzos de la década del 40, y luego de una década nefasta a nivel mundial y particularmente en la Argentina como lo fue la de los años 30, se produce el nacimiento de organizaciones de ayudas mutuas entre los sectores más desprotegidos.

Este embrión mutualista y cooperativista dará paso a otras formas más complejas, donde el estado es sin lugar a duda el actor principal en la protección de TODOS sus habitantes.

Estás nuevas instituciones, se corporizan como tal en la década del 40, siendo el año 1944 reconocidas como "fundacional" de las Obras Sociales Sindicales. Reconocimiento que tiene su aspecto legal, mediante el dec. 30.655/44, con el que se crea la Comisión de Servicio Social.

Este breve resumen habla por sí solo del andamiaje que sostiene la visión sobre las Obras Sociales Sindicales, las cuales emergen  como parte de un sistema de salud protector y benefactor. Un sistema que pese a los embates que ha sufrido en distintas etapas neoliberales de nuestro país, se ha mantenido estoicamente firme y solidario.

En la actualidad, desde Osjera, nuestra tarea fundamental es el resguardo de esta concepción de la salud, de esta forma de ver la vida, esa pequeña y a la vez gran diferencia de ver la vida, una concepción mucho más humanista y menos mercantil.

Una tarea que enmarca un grado de responsabilidad mucho mayor:

La de guardar la sustentabilidad del proyecto, administrando correctamente los recursos económicos del sistema.

Este es el gran hecho colectivo que hemos sabido construir y mantener, y del cual cada uno de nosotros se debe sentir profundamente orgulloso, es por eso que una vez más el extraordinario sistema de salud Argentino se encontrara de pie y resguardando el bienestar del pueblo todo


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